Ayer me acordaba de una anécdota que viví acá en México cuando apenas tenía unas semanas radicado acá…
Resulta que yo siempre he sido admirador del Chavo del 8, y cuando me vine a vivir a México, escuché una publicidad de que “El circo del Chavo” iba a estar aquí en la ciudad de Villahermosa, así que le dije a mi entonces novia Lisset que no me lo perdería… era imperdonable no conocer en persona al gran Roberto Gómez Bolaños, un verdadero ídolo en Latinoamérica.
Lo que yo no sabía, o no relacionaba, era que el gran Roberto Gómez ya es una persona bastante adulta que no hace giras con ningún circo… pero como yo vivía en Chile, allá siempre han pasado por la TV el programa del Chavo del 8 y el Chapulín Colorado… a veces, los que viven en otros países que no sea México, desconocen la edad actual del actor… para muchos sigue siendo el mismo…
Pero bueno, la anécdota no es esa, sino que, como era nuevo acá en México, siempre que salía a la calle me ponía alguna polera (playera) chilena, ya sea de la selección o de mi equipo La U de Chile…
La cosa es que con Lisset, producto del bajo presupuesto, compramos boletos en los asientos de la galería del circo, los más baratos. esos que quedan arriba y tienes que subir por esos tablones re peligrosos… Recuerdo que nos costaron 10 pesos cada uno (algo así como 500 pesos chilenos)…
Esa semana, jugaba la selección chilena contra la mexicana, no recuerdo si era amistoso o Copa América, y yo, ese día fui con la camiseta de la selección chilena al circo, arriesgándome a algún insulto o rechazo de la gente… pero como buen chileno, me la puse y fui.
Cuando íbamos entrando al circo, se me acerca una mujer de muy buen físico, muy guapa (se notaba que trabajaba ahí porque andaba de minifalda y colores llamativos) y me dice con manos en la cintura “¿qué haces con esa camiseta?“… yo la miré y pensando que era por el partido de fútbol próximo le dije “es que soy chileno“… ella me dice “¿ah si?… yo también soy chilena y soy la esposa del dueño del circo“…
Fue una tremenda sorpresa porque creo que fue la primera persona chilena que encontraba en México… así que nos pusimos a conversar un poco… resultó que ella era de Chillán.
La cosa es que como iba entrando la gente no pudimos hablar más… pero ella le dijo a uno de los trabajadores que nos acomodara en palco, o sea, en los mejores asientos… así que Lisset y yo quedamos en los primeros asientos del circo… pagando apenas 10 pesos (hubiese sabido de la chilena antes, no pago nada.. ja ja ja)…
Bueno, esa es la primera parte de la anécdota, porque ya sentados aquí en primera fila me sucedió algo muy gracioso, pues en la actuación de un payaso, muy divertido por cierto, necesitó de alguien del público… y aquí viene la pregunta del millón:
“¿adivinen a qué persona del público eligió el payaso para salir al escenario?”
Pues si… me eligió a mi… así que tuve que salir a actuar a la pista delante de mucha gente… Lisset estaba muerta de la risa, porque el payaso me hizo varias cosas… me puso unos lentes gigantes, me hizo inflar un globo de esos que no se inflan fácilmente, tuve que tomarlo en brazos, etc., etc… la verdad, hice uso de todo mi buen humor para que saliera bien todo y no aparentar ser una persona aburrida como suele suceder con algunas personas que son sacadas al azar del público…
La verdad fue una anécdota bien divertida y como les dije, fue apenas llegué a vivir acá, o sea, fue por febrero o marzo de 2001.
Así que ya saben, si necesitan un payasito para su fiesta… cobro barato… ja ja ja